jueves, noviembre 21, 2013

Kandinsky



El espectador se aparta tranquilamente del artista, que no ve la finalidad de su vida en un arte sin metas sino que persigue objetivos más altos.
“Comprender” es formar y atraer al espectador al punto de vista del artista. Antes dijimos que el arte es hijo de su tiempo. Tal arte sólo puede repetir artísticamente lo que ya satura claramente la atmósfera del momento. Este arte, que no encierra ninguna potencia del fururo, que es sólo un hijo del tiempo y nunca crecerá hasta se engendrador del futuro, es un arte castrado. Tiene poca duración y muere moralmente en el momento en que desaparece la atmósfera que lo ha creado.
El otro arte, capaz de evolución, radica también en su periodo espiritual, pero no sólo es eco y espejo de él sino que posee una fuerza profética vivificadora, que puede actuar amplia y profundamente.
La vida espiritual, a la que también pertenece el arte y de la que el arte es uno de sus más poderosos agentes, es un movimiento complejo pero determinado, traducible a términos simples, que conduce hacia adelante y hacia arriba. Este movimiento es el del conocimiento. Puede adoptar diversas formas, pero en el fondo conserva siempre el mismo sentido interior, el mismo fin.
(…)
Él ve y enseña. A veces quisiera librarse de ese don superior que a menudo es una pesada cruz. Pero no puede. Acompañado de burlas y odio, arrastra hacia delante y cuesta arriba el pesado y obstinado carro de la Humanidad que no se atasca entre las piedras.


Kandinsky: De lo espiritual en el arte, trad. de Genoveva Dieterich, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona 1997 (1ª edición alemana 1912), pp. 24-25

lunes, noviembre 18, 2013

Juan Bautista Fuentes



Juan Bautista Fuentes (1955) es filósofo, profesor en la UCM, ex-marxista, an-tiutopista, ant-iapriorístico y anti-todo lo que últimamente detesto, y un intelectual honrado, que busca la verdad apasionadamente y al que no le importa rectificar y retractarse en favor de la verdad cuando es necesario (así, en su polémica con Gustavo Bueno hace ya varios años). Su estilo y argumentación son rigurosos, y si parece reiterativo en sus textos, siempre es para mayor  claridad en la exposición de sus argumentos (al menos en general, aunque el indiscriminado uso de la palabra “inexorable” no tiene nada que ver con esto, uso que por otra parte a mí me parece magnífico).

Mi primer contacto con su pensamiento fue un debate sobre Chesterton colgado en youtube. Y es que algo de chestertoniano, o mucho, tiene Fuentes. En este debate en torno a la  obra del inglés grande defiende la familia como la célula básica de la sociedad y la vida comunitaria como los dos grandes conceptos pre-políticos que están disolviéndose en la Modernidad y que se han de restaurar, que hay que rescatar.

Después leí La impostura freudiana (Encuentro, 2009), donde, al tiempo que desenmascara la institución del psicoanálisis, a Freud y otras terapias que sustituyen la psicoanalítica, realiza una de las mejores críticas de la Modernidad que he leído, especialmente en su capítulo 8. Allí advierte en la tradición y los dogmas católicos  (el dogma trinitario, la Encarnación y los referentes a la liberdtad, la Gracia y el pecado original) con su sutil equilibrio, el único proyecto históricamente viable para recuperar la vida familiar y comunitaria. En efecto, el liberalismo y todas sus derivaciones (incluyendo las distintas formas de marxismo) son precisamente los destructores o depredadores de la vida comunitaria, ya que subordinan esta (y su fundamento o célula básica, la familia) a lo técnico-económico. Esta esquemática síntesis es empobrecedora y no hace justicia  a las tesis de Fuentes, pero de momento lo dejo aquí, porque me interesa otro asunto. Sirva como introducción a quienes quieran conocer su obra.

Que la Modernidad (junto con su Postmodernidad) es una impostura es, a estas alturas del partido, tan innegable como imparable es su desarrollo. Y eso es lo que me inquieta. Pero volveré sobre este asunto. Ahora quiero referir lo que sigue; Inciarte desde la estética, MacIntyre desde la ética, etc. Ahora Fuentes desde la crítica histórico-antropológica. Bien… ¿Fuentes iba a dar una solución?

Leí entonces “Política, Metapolítica y Modernidad. El caso de España” (aquí). Fechado en junio y septiembre de 2013 es un análisis brillante, riguroso y excepcionalmente incorrecto (políticamente), lo que lo hace sumamente atractivo (como toda su obra). Sin embargo, me encuentro con tres dificultades. La primera es el esencial pesimismo que rezuma este texto -pesimismo comprensible, por otra parte, y si me resulta una dificultad es porque quizás yo mismo huyo de él, busco alguna salida-. La segunda, la incomprensión de la fuerza regeneradora y revitalizadora de la propia institución de la Iglesia. (Pero esta incomprensión es absolutamente disculpable). La tercera, la ausencia de propuestas.

 Y así es como leo “El Espacio Europeo de Educación Superior, o la siniestra necesidad del caos” (La balsa de piedra: revista de teoría y geoestrategia iberoamericana y mediterránea, ISSN-e 2255-047X, Nº. 3 (Abril-Junio), 2013) (aquí). Y allí me encuentro una fantástica crítica a la “sociedad de conocimiento” y la paradójica reforma universitaria del "Espacio Europeo de Educación Superior". Allí, precisamente, dice, invitando a desconfiar del discurso de cierto tipo de autoridades académicas: “se ha hecho punto menos que obligado comenzar toda consideración sobre el actual proceso de reforma (también, e incluso, por quienes parecen querer hacerle frente) reconociendo y proclamando, abierta y solemnemente, que la Universidad española requiere, sin duda alguna, de una profunda transformación o reforma (se supone que para mejor, naturalmente; puesto sólo faltaba que se dijera que para peor). Semejante aseveración, hecha así, en abstracto, no pasa de ser una mera tautología prácticamente irrefutable que, al menos de entrada, no dice nada, puesto que no hay ninguna institución humana que no sea en principio susceptible de reforma o de mejora. Por esta razón no deberemos aceptar nunca una aseveración semejante mientras no vaya inmediatamente acompañada de las precisas determinaciones relativas al sentido concreto en el que la reforma se demanda, determinaciones susceptibles de ser valoraras y discutidas, puesto que de otro modo dicha abstracta aseveración puede suponer ya la apertura de la vía para comenzar a ceder ante la reforma que se nos avecina, que, y precisamente tal y como se nos avecina, sí que constituye una muy determinada y completa transformación y reforma de la universidad, la peor posible”.

En este artículo, en efecto, propone a los estudiantes universitarios, a los profesores y a las autoridades una serie de pautas, por decirlo de alguna manera; propone modos de actuar, de comportarse. Con acierto y sentido común, según creo. Y eso es justamente lo que le pedía yo sobre la actitud a tomar frente a la Modernidad.

Y sigo buscano, y aunque no es mucho, ya es bastante lo que propone en esta breve conferencia (y aquí): “¿qué tenemos a nuestra disposición para reparar la vida comunitaria? Pues la solución es muy sencilla, es adoptar una actitud ante la vida tan humilde que consista básicamente en el agradecimiento. Es decir, allí donde halla que el primer movimiento del corazón, no sea el agradecimiento, es imposible la instalación de la vida comunitaria. Y por tanto, agradecer es dar las gracias a algo que uno entiende que le han regalado gratuitamente. Allí donde no hay sentido del agradecimiento es imposible la vida comunitaria. Y la vida comunitaria es precisamente compañía espiritual. Y la compañía espiritual, no es algo a lo que tengamos derecho. La compañía espiritual es algo que nos han regalado y que nosotros regalamos. Y por tanto, mientras no seamos capaces de asumir la idea de agradecimiento, no se crearán los pivotes sobre los cuales pueda haber vida comunitaria en función de la cual se podrá empezar a organizar un estado que sea capaz de controlar la situación económica. Y mientras esto no ocurra, no hay soluciones técnico-políticas, no hay soluciones técnico-económicas. La cuestión es cuándo esto podrá ocurrir”.

miércoles, junio 19, 2013

Arte y poesía



Adam Zagajevski, en un ensayo (“Una muralla alta”, Solidaridad y soledad, Acantilado, Barcelona 2010) se preguntaba, hacia 1982, lo siguiente:

¿Qué pasaría si un día –un buen día- Polonia recuperara la libertad política? ¿Se mantendría esta magnífica tensión espiritual que, sin duda, no caracteriza a toda la nación, pero sí a su élite, una elite bastante numerosa y del todo democrática? ¿Se vaciarían las iglesias? ¿Se convertiría la poesía –como ocurre en los países felices- en alimento de cuatro sibaritas hastiados, y el cine, en una rama comercial del ocio? El día en que desapareciera el peligro, ¿dejaría de existir también lo que en estas circunstancias hemos logrado salvar, proteger del diluvio, de la destrucción, e incluso elevar por encima de las amenazas como una muralla alta y hermosa, todo lo que hemos creado como respuesta al desafío mortal del totalitarismo?

Me temo cuál pueda ser la respuesta, aunque no pierdo la esperanza y voy ahora mismo a preguntar a mi amigo Staju, polaco (de la Polonia de verdad).

lunes, junio 17, 2013

Algunas últimas lecturas de poesía I



Gabriel Insausti: De todo cuanto habla (Siddhart Mehta Ediciones, Madrid 1994), Destiempo (Renacimiento, Sevilla 2004) y Vida y milagros, Pre-Textos, Valencia 2007), donde se encuentra “Primera Palabra", dedicada a Paula (un año):



Que esa palabra pura que ahora dicen
tus labios torpemente –y la manera
en que brota de ti- sean un día
caudal de una verdad.
                                   Aprende en ellas
cómo el rostro vastísimo del mundo
-lo está mirando Dios- adquiere un alma
con su común trasiego entre los hombres.
No dejes que la herrumbre del cálculo o la envidia
se pose en su cristal.
                                   Y ojalá sepas
pronunciarlas con tino y con justeza,
ir de ellas a las cosas y nombrarlas
-pueblos, caminos, albas, nubes, astros-
con esa misma fe con que hoy repites:
                                                                “agua”.


Enrique Andrés Ruiz: Más valer (Pre-Textos, Valencia  1994), El Reino (Pre-Textos, Valencia 1997), Estrella de la tarde (Fundación Mainel, Valencia 2000) y Con los vencejos (Pre-Textos, Valencia 2004), donde se lee:


El que busca sabe lo que busca,
nadie que busca algo lo desconoce
por completo, todos lo sabemos,
lo gustamos: Luz que saja, la Verdad
que escuece, la Alegría.
No tengas miedo a las mayúsculas,
sólo quieren decir que no encontramos
y que no vemos lo que buscamos
pero que bien lo sabemos.
Esta mañana, los robledales pardos.


Eloy Sánchez Rosillo, Antes del nombre (Tusquets, Marginales:  Nuevos textos sagrados, Barcelona 2013). Allí, “Instante”:


¿Cómo no estar conforme precisamente ahora
-e incluso para siempre- con la vida,
cuando el sol de esta tarde fría y azul,
muy bajo ya, se adentra por mi casa
y hasta el fondo penetra sin ningún titubeo
y convierte a su paso cuanto toca
en oro vivo y repentino, en oro
que nada durará, pero que llena
de compasión el mundo para mí en este instante?

sábado, mayo 18, 2013

La búsqueda de la verdad



“Los más puros fueron los maestros anónimos del gótico. ¡Cuánta razón llevas! El culto a la individualidad, al elemento personal, a la vanidad –esa enfermedad contagiosa- ha destruído el arte. Hay que librarse de él, porque sólo entoncesrecuperaremos la libertad y un suelo bajo los pies” Así escribió Franz Marc desde el frente en una carta a su esposa. Era abril de 1975.

Verdad, Belleza y Persona -he aquí los héroes del drama- . La búsqueda de la verad se vuelve el objetivo principal de muchos artistas, y esto no vale solo para los naturalistas, autores apasionados por la sociología y competidores de los científicos. No, casi todos los escritores eminentes buscan la verdad. Y, no obstante, sus lectores parecen más atraídos por el rastro que han dejado que por las verdades que han descubierto.


Zagajewski, Adam, Solidaridad y soledad, trad. de A. Rubio y J. Slawomirski, Acantilado, Barcelona 2010 (texto 1990) p.127

viernes, mayo 17, 2013

Creación



El proceso de “creación” –común a todos los hombres y por tanto conocido por cada uno de nosotros por experiencia interna- ocurre de la siguiente forma: un hombre barrunta o siente oscuramente algo que es para él perfectamente nuevo, que nunca ha oído a nadie. Este algo nuevo le impresiona, y en conversación ordinaria señala a otros lo que percibe, y para su sorpresa encuentra que lo que es patente para él es bastante invisible para los otros. Ellos no ven o no sienten lo que él les cuenta. Este aislamieto, discordancia o desunión de los demás, le perturba y verificando su propia percepción trata de comunicar de diferentes modos a los otros lo que él ha visto, sentido o comprendido; pero estos otros, aun así, no entienden lo que les comunica, o no lo comprenden como lo comprende o siente él. Y el hombre comienza a inquietarse don la duda de si él imagina o siente oscuramente algo que en realidad no existe. Y para resolver esta duda dirige toda su fuerza a la tarea de hacer “su descubrimiento” tan claro que no pueda haber la menor duda, bien para él o para las otras gentes, con respecto a la existencia de lo que él percibe; y tan pronto como esta elucidación esté completa y el hombre mismo ya no dude de la existencia de lo que él ha visto, comprendido o sentido, los otros enseguida ven, comprenden y sienten como él, y es este esfuerzo encaminado a hacer algo claro e indudable para él y para los demás lo que en principio para todos (para él y para los otros) estaba difuso y oscuro, lo que constituye la fuente a partir de la cual fluye la producción de la actividad espiritual del hombre en general, o lo que nosotros llamamos obras de arte, que amplían el horizonte de los hombres y les obliga a ver lo que anteriormente no era percibido.


Tolstoi, Lev, Sobre el arte, int. De Ramón de La Calle, trad. de M.Teresa Beguiristain, Cuadernos Teorema, Universidad de Valencia, Valencia 1978, pp. 30-31

miércoles, mayo 01, 2013

Resumen de lecturas

algunos poemas, leídos últimamente

De Trapiello,en Habla y otros poemas, (Renacimiento, Sevilla 2003). Este poema abre el libro.

 "Habla"
¿A qué lengua se traduce la lluvia?
  ¿Cuántas sílabas forman el perfume
  que la rosa destila? ¿Con qué rima
  uncirías las olas de la playa?
  ¿Serías tú capaz de discernir
  los hemistiquios en el beso último
  de dos amantes, y ponerle acentos
  al silencio sutil de sus pupilas?
  ¿Qué humana ortografía serviría
  para ese ladrillo que a lo lejos
  se oye en plena noche o para el pulso
  que late en todo astro, incluso muerto?
  Dime con qué alfabeto se transcribe
  el sueño de la vida,
  dímelo sin palabras, que son merma,
  sin rima, sin acento, sin medida,
  y luego, habla.

De Juaristi,, en Los paisajes domésticos (1992), también recogido en  Poesía Reunida, Visor, Madrid 2000

"As a man grows older"
Por mi edad turbulenta
-o sea, de los veinte a los cuarenta-,
mejor pasar como si sobre ascuas.

Bebí, amé (es un decir)
y gasté por encima
de lo que la prudencia aconsejaba.

Tú, que me envidias, debes
saber que cambiaría sin mirarla
tu juventud oscura por los años
de la edad turbulenta
en que trastabillé más de la cuenta.

Y de Panero (L.Mª.), de Esquizofrénicas (Hiperión, Madrid 2004)

Aquí estoy yo, Leopoldo María Panero
hijo de padre borracho
y hermano de un suicida
perseguido por los pájaros y los recuerdos
que me acechan cada mañana
escondidos en matorrales
gritando por que termine la memoria
y el recuerdo se vuelva azul, y gima
rezándole a la nada porque muera.

Y de dos grandes poetas muertos, aquí podéis encontrar varios poemas suyos

domingo, abril 21, 2013

José Jiménez Lozana, también poeta

Leo la poesía de José Jiménez Lozano, El precio (Renacimiento, Sevilla 2013), prologada y antologada por García-Máiquez. Novelista y ensayista de primera, la poesía de Jiménez Lozano es fantástica en su sencillez, en su hondura, en su música, en su vitalismo, en su realismo, en su mirada al mundo moderno, en fin, en todo. Vaya como muestra el poema que da título a la antología:

El Precio

Matinales neblinas, tardes rojas,
doradas; noches fulgurantes,
y la llama, la nieve;
canto del cuco, aullar de perros,
silente luna, grillos, construcciones de escarcha;
el traqueteo del tren, del carro, niños,
amapolas, ancianos y desnudos
árboles de invierno entre la niebla;
los ojos y las manos de los hombres, el amor y la dulzura
de los muslos, de un cabello de plata, o de color caoba;
historias y relatos, pinturas, y una talla.
Todo esto hay que pagarlo con la muerte.
Quizás no sea tan caro.

lunes, enero 07, 2013

Otro de Zagajewski

Esta vez de Mano invisible (Acantilado, Barcelona 2012): fantástico libro, como siempre, del polaco. Ahora releo En defensa del fervor, no dejéis de echarle un vistazo si podéis. El poema en cuestión me parece una maravilla por su realismo (realismo interior, se podría decir) y por la esperanza que, paradójicamente, hay en él.

Perdidos, perdidos en grises pasillos. Por la noche
las bombillas silban como los pitidos de barcas
hundiéndose.
Leemos libros olvidados por sus autores.
No existe la verdad, repiten los sabios.
Las tardes de verano: un festival de vencejos,
en los suburbios estallan las peonías.
Parece que las calles se acortan
por el calor, por la facilidad de la visión.
Lentamente, avanza el otoño sin hacer ruido.
Pero a veces emergemos por un momento
y sucede que brilla la puesta de sol
y aparece una seguridad pasajera,
casi una fe.

domingo, diciembre 02, 2012

José Antonio Muñoz Rojas

Uno de los mejores poetas que he leído lo conocí hace un par de años, cuando cayó en mis manos, y caer es el verbo preciso, Objetos perdidos. Hablo de José Antonio Muñoz Rojas, claro. Era increíble, era como mi biografía puesta en verso y en bonito. Ahora leo del mismo autor Las cosas del campo y Entre otros olvidos (Pretextos, Valencia 2001). De este último libro os copio un poemita, que es una delicia por su belleza, por su verdad.

Te rompes los sesos pensando
la quiero o no la quiero;
querer siempre se quiere, lo que pasa
es que a veces querer es otra cosa
y todo lo que sabemos es otra cosa,
así que no sabemos nada, y ya es bastante
no saber nada y seguir con la tarde
tan hermosa y andar la tierra arada
que decía, y cansarse un poquito.

sábado, noviembre 10, 2012

La barra se abre

después de acicalarse un poco. Dejamos el rosa para que los no daltónicos no se quejen. Espero que mis nuevos cócteles os gusten (año y pico de reflexión sobre colores, sabores y mezclas dan para algo). Pero antes de nada he de seguir poniendo a punto la barra; ya sabéis, lavarla un poco, cambiar los ceniceros por otros más grandes, porque aquí se sigue fumando, y algún que otro retoque.

lunes, septiembre 05, 2011

Cuaderno 5 (diciembre de 2010- junio de 2011)

Segunda navegación. Memorias 2, Alejandro Llano
Todo fluye, Vasili Grossman
Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción, J. D. Salinger
Con el tiempo, Enrique García Máiquez
Días sin pan ( antología), Roger Wolfe)
Tres deseos ( poesía reunida), Amalia Bautista
Cuadernos de escritura, Carlos Pujol
Virutas de taller, Miguel d'Ors
Elogio del desierto, Julio Martínez Mesanza
Objetos perdidos, José Antonio Muñoz Rojas
Angulo de reposo, Wallace Stegner
Tolerancia moderna y Lección para un grado, Jose Jiménez Lozano
Poesía urbana, Luis García Montero
Ropa interior, Javier Ruiz Taboada
Niños en su cumpleaños, Truman Capote
La colina de Watership, Richard Adams
Años de prórroga, Carlos Javier Morales
Antología poética, Jan Twardowski
Franny y Zooey, J. D. Salinger
Historia y poesía, Luis Alberto de Cuenca
Función en el colegio, Orio Vergani
Elogio de la amistad, V.V.A.A.

lunes, junio 27, 2011

Cuaderno 4 (marzo de 2010/ diciembre de 2010)

Poesía (1979- 1996), Luis alberto de Cuenca
Autos Sacramentales, Calderón de la Barca
Elegías de Duino, R.M. Rilke
Meridiano de sangre, Cormac McCarthy
La historia de Troya, Roger Lancelyn Green
¿Estamos de acuerdo?, Un debate en presencia de Hilaire belloc de G.K.Chesterton y Bernard Shaw
Antología lírica, Alexandr Pushkin
En la belleza ajena, Adam Zagajewski
Poemas escogidos, Adam Zagajewski
Soy en mayo, Julio Martínez Mesanza
La fatal arrogancia, F.A. Hayek
Más virutas de taller, Miguel d'Ors
Magia, Rocío Arana
La apuesta, John Boyne
Paz, Richard Bausch
Amarás a tu hermano, Cristina Cerezales Laforet
Paradero desconocido, Kressmann Taylor
El ardor de la sangre, Irene Nemirovsky
Sociedad limitada, Miguel d'Ors
Un ardiente verano, Eduard von Keyserling
En un lugar seguro, Wallace Stegner
Un pintor de Alejandría, José Jiménez Lozano
El rector de Justin, Louis Auchindoss

domingo, mayo 15, 2011

Cuaderno 3 (octubre de 2009- abril de 2010)

Nueve cuentos, Salinger
El contenido del corazón, Luis Rosales
Lo que vi en América, G.K. Chesterton
Lo que ha llovido, Enrique García Máiquez
Nombre escondido, Vicente Aleixandre (antología)
La vida es lo secreto, Carmelo Guillén Acosta
Eduardo Chillida, el escultor del espacio, Gorka Calzada
La vida nueva, Dante
La taberna errante, G.K. Chesterton
Diarios, Lev Tostoi
La noche no tiene paredes, J.Mª Caballero Bonald
Vida y destino, Vasili Grossman
La visita de la vieja dama, Friedrich Dürrenmatl
El hombre que plantaba árboles, Jean Giono
Meditaciones, Marco Aurelio
Todo es para siempre, Pedro Sevilla
A merced de los pájaros, Jesús Cotta Lobo
Poesía completa, Claudio Rodríguez
Mi Ántonia, Willa Cather
Antología, Ezra Pound
Oír la luz, Eloy Sánchez Rosillo
Afuera canta un mirlo, Roger Wolfe
El juicio del dr. Johnson, G.K. Chesterton

viernes, abril 01, 2011

Cuaderno 2 (mayo 2009, septiembre 2009)

El pony colorado, John Steinbeck
Un árbol crece en Brooklyn, Betty Smith
Política, Aristóteles
El harpa de hierba, Truman Capote
Ronald Knox, Evelyn Waugh
Desnudos y acuarelas, Jaime Siles
Tres cuentos, Truman Capote
Warlock, Oakley Hall
49 poemas, Rainer M. Rilke
El misterio de la felicidad, Miguel d'Ors
Oficio Poético, Ibáñez Langloise
Llenos de vida, John Fante
La vida es sueño, Calderón de la Barca
Shakespeare, Lampedusa
Autorretrato con radiador, Christian Bobin
En las nubes, Ian McEwan
Un niño prodigio, Irène Némirovsky
Corazón, Edmundo de Amicis
Esto no es justo, Sally Nicholls
Orzowei, Alberto Manzi
Chico de barrio, Ermanno olmi
El hereje 8cuento para mayores), José Mª sánchez Silva
Colección de tapices, Jaime Siles

domingo, febrero 20, 2011

Cuaderno 1 (octubre 2008, mayo 2009)

Las aventuras de Wesley Jackson, William Saroyan
Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, Luis Sepúlveda
Los campos Elíseos, Pablo García Baena
El sueño eterno, Raymond Chandler
Una letra femenina azul pálido, Franz Werfel
Cuatro estaciones, José Julio Cabanillas
El guardián del vergel, Cormac McCarthy
Adiós, hasta mañana, William Maxwel
El secreto del fuego, Henning Mankell
Confidencias, Eloy Sánchez Rosillo
Los versos del capitán, Pablo Neruda
El señor Pip, Lloyd Llones
El joven audaz sobre el trapecio volante, William Saroyan
La pareja científica y otros sainetes, Carlos Arniches
Los cigarrillos son sublimes, Richard Klein
Nocturno, Santiago Herráiz
Me voy con vosotros para siempre, Fred Chappell
Escalada, Ludwig Hohl
La nieta del señor Linh, Philippe Claudel
Reencuentro, Fred Uhlman
Olor a yerba seca, Alejandro Llano
La madurez, Miguel Ángel Martí García
Vida de Santa Oria, Vida de Santo Domingo de Silos, Milagros de Nuestra Señora y Duelo de la Virgen, de Gonzalo de berceo

sábado, enero 15, 2011

Lecturas atrasadas I

Con el tiempo, de Enrique García-Máiquez (Renacimiento, Sevilla 2010) está lleno de genialidades, y también de ironías y desplantes muy al estilo de d'Ors, a quien García-Máiquez considera en un poema su maestro. Poesía narrativa, autobiográfica, haikus (tan del gusto de su generación). Gran variedad estrófica (sonetos, endecasílabos blancos, epitafios, arte mayor, arte menor...) En cuanto a la temática creo advertir una novedad: el peso (paso) del tiempo, al que concede gran protagonismo. Hay muchos poemas que me han gustado especialmente, como "Versión", "Otra autobiografía", "Principio" o "Por fin". Sin embargo, lo mejor, sin duda, es leer el poemario completo, varias veces, porque en las segundas y terceras lecturas se regusta mejor.

Segunda navegación (Encuentro, Madrid 2010) continúa las memorias que Alejandro Llano iniciara con Olor a yerbaseca. Memorias de corte más intelectual y espiritual, pero también salpicadas de anécdotas. La teología, la filosofía, la religión, la política, la enseñanza e incluso la empresa son los asuntos que desfilan por estas páginas. Gran libro, aunque contiene numerosas erratas (a ver si aviso a la editorial).

La antología de Roger Wolfe, Días sin pan (Renacimiento, sevilla 2007) da buena cuenta de la poesía que viene publicando desde la década de los ochenta. De estética aparentemente sencilla y desenfadada, contiene gran profundidad filosófica y social. Me ha encantado, a pesar de que creo que su último libro, Afuera canta un mirlo, es mejor. Un pero, a veces se pasa de irreverente y las blasfemias, que siempre sobran, más en sus poemas.
Os transcribo un poemita suyo que me ha encantado y que además creo que sirve para conocer bien el tono y la poética de Wolfe:

ARTE

Mi perro
aúlla
cuando pongo
a Ludwig Van
en el tocata.

Quien de más
que hable ahora
o se calle
la puta boca
para siempre.


También leo a Salinger (Levantad, carpinteros, la viga...). Un genio. Elogio del desierto, del poeta que ahora más admiro, Martínez Mesanza, en una bellísima edición de Renacimiento con fotografías de aquél a quien dedicó su célebre poema De Amicitia, a Amalia Bautista, a Muñoz Rojas, a Carlos Pujol (qué genialidad sus Cuadernos de escrtitura y qué genios los editores de Pre-Textos), a d'Ors y sus Virutas de taller, a Grossman y Vida y destino. Y estoy deseando empezar ya Ángulo de reposo, pero su grosor me asusta.

domingo, diciembre 12, 2010

Pasaba por aquí...

Pasaba por aquí, sí, y dije: "¡Caramba, si yo tenía un blog! Y es que estos meses he dedicado los fines de semana a la contemplación del otoño en Castilla y no me ha quedado tiempo para la barra. Como es mucho lo sucedido y complejo de expresar en una breve entrada, lo dejo para otro momento.
De los libros que he leído últimamente, no puedo dejar de recomendaros Paz, de Richard Bausch (impresionante relato épico), En un lugar seguro, de Wallace Stegner (libro subversivo de veras), Un pintor de Alejandría, de Jiménez Lozano (Jorge tenía razón, qué extraordinario dominio de la prosa) y Paradero desconocido, de Kressmann Taylor, estremecedor relato epistolar.
Por otra parte, Sociedad Limitada, de Miguel d'Ors, publicado en Renacimiento, es absoutamente imprescindible. Sigue innovando, sigue siendo, más si cabe, políticamente incorrecto, sigue siendo fantástico. Lo mejorcito de la poesía española (aunque sigo tan deslumbrado por Martínez Mesanza...)
De cuentos, pues Amarás a tu hermano, de Cristina Cerezales Laforet, muy bueno. Ahora estoy con la segunda entrega de las memorias de Alejandro Llano, encantadoras y ejemplares. Y en fin, creo que sobre libros ya está bien.
Y de música, mi último gran descubrimiento ha sido el disco Balmoral, de Loquillo. Ya sé que tiene un par de años, pero hasta hace un mes no lo conocía, y fue Javier quien un día me dijo que tenía que escuchar una canción, "Hermanos de sangre". Como ahora estoy con la épica, pues eso, se me abrió un mundo. Ahora el Loco acaba de sacar un disco con poemas de Luis Alberto de Cuenca que ya he pedido a los Magos. Es curioso, cuando andaba por los dieciséis en la ducha cantaba el ritmo del garaje y el cadilac solitario. A la vuelta de varios lustros me reencuentro con la misma música; ¿me estaré haciendo mayor?

lunes, noviembre 01, 2010

Otro borrador

PAZ

Sólo sabe qué es la paz quien un día
vistió una armadura, empuñó el acero,
caminó por lluvias, durmió en la nieve,
fue lejos, se iluminaba su rostro
al hablar del hogar y la familia,
quien tembló de miedo y ha musitado
atrocidades, quien estuvo a punto
de sucumbir ante la adversidad
y en la frontera de la no esperanza
habló con Dios, quien más tarde volvió
de nuevo, orgulloso hombre renombrado
que en la muerte o vestigios de batallas
defendió el Ideal, el honor, su tierra,
quien fue hombre cuando serlo no era fácil

jueves, septiembre 09, 2010

Algunas lecturas

Termino Más virutas de taller (2004-2009), de Miguel d'Ors (Los Papeles del Sitio, Sevilla 2010), con interesantes reflexiones sobre la poesía propia y ajena del autor, conatos de cuentos, pensamientos políticos y un poco de todo, virutas que en vez de recogerse y tirarse, para nuestra fortuna, el autor edita. La poesía de d'Ors es espectacular, y aunque en el ensayo (supongo que este género es el más adecuado para encasillar el libro) no es tan brillante, no faltan ni el humor ni las genialidades de siempre. Leo Magia, de Rocío Arana (Númenor, Cuadernos de poesía, Sevilla 2002) con prólogo de Jesús Beades. Me gusta, pero me esperaba tanto más... Tendré que leer su último libro. Releo a Martínez Mesanza insistentemente, cada vez más asombrado. Compro Oscuro pez del fondo, de Daniel Casado y una antología de Jan Twardowski, ambas en Rialp. Procuraré leerlas antes de que empiece el cole...