martes, enero 02, 2007

El Silencio, de Miguel Ángel Martí García

Hace diez años me leí un ensayo del mismo autor que me produjo gran admiración, tal vez porque su título fuera precisamente La Admiración (Miguel Ángel Martí García). La lucidez del pensamiento, la belleza de la prosa y la hondura poética de sus consideraciones me aficionaron a la filosofía y al ensayo, y me ayudaron a ver la vida de otro modo (ojo, no exagero). "Saber mirar es saber vivir", ese es el subtítulo que lleva el libro y consigue lo que se propone, pues, ¿qué es la filosofía sino una mirada ingenua y sin prejuicios sobre la realidad, un preguntarse y preguntar sobre todo, como los niños a ciertas edades?
Hace un año cayó en mis manos otro de sus ensayos; La elegancia. El perfume del espíritu (Eiunsa, 2000). Los afectos y sentimientos, las convicciones, las inquietudes... conforman una primera parte, "La elegancia interior". En la segunda, la "exterior", reflexiona sobre la sonrisa, la gratitud, la cortesía... y desciende a detalles como el aseo personal, el vocabulario o el vestido.
Pero, sin duda, El silencio. Un espacio para la intimidad (Eiunsa 2005) es el ensayo que me ha hecho considerarlo uno de los autores que más han afectado a mi espíritu. Es una lectura amena, perfumada por el pensamiento elegante de quien lee y escribe poesía. Pienso que también es una lectura necesaria para aquellos que, como él dice, se ven apoderados por un cierto mareo existencial, un difuminado cansancio de vivir (¿acaso no somos todos de en ciertos momentos?).
Cierra el prólogo del libro con estas palabras: "En la medida en que dispongamos en la mente de un mayor número de conceptos, nuestro descubrimiento de la vida será más abundante y profundo." Merece la pena que ahondemos sobre el concepto del silencio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para muchos el silencio es un rugido tenebroso, un sumbido en el abismo, el eco de la nada... El silencio para quien no busca la verdad es el reflejo de su mentira, una mueca grotesca de sonrisa falta... Insoportable...
Sin embargo, el silencio es una realidad total, indivisible... El silencio es una muestra intuitiva de Dios en su creación; el silencio es el lenguaje con el que se comunican los enamorados.
El silencio es el espacio donde habita la esperanza.
El silencio es el tiempo en que amamos sin nostalgia. El silencio es la pasarela donde se vive la fiesta más apasionante, la de la existencia...

Anónimo dijo...

¡Qué alegría contar con lectores y comentarios tan inteligentes! Luisma, tú sí que eres poeta...