sábado, noviembre 25, 2006

Me encuentro en un albergue juvenil, en el puerto de Navacerrada, con la mejor compañía que se puede tener; amigos, libros y silencio. Fuera, cuando no llueve, la niebla no te permite avanzar demasiado, y además, como el verano para mí no termina de acabar nunca, no tengo más que un fino jersey y unas camisas de manga corta. Total, que de la naturaleza no estoy disfrutando mucho, no así de los amigos, los libros y el silencio. Me he leído un ensayo precioso, Dios y los náufragos, de José Ramón Ayllón, y creo que ese libro me ha sugerido un soneto que acabo de escribir. Por supuesto que es un boceto, pero puede ser interesante ver cómo este poema va transformándose hasta tomar su forma definitiva. Lo más importante ahora es situar los acentos en su justo lugar. Aquí os dejo mi parto a medias, ya celebraremos su nacimiento:

Camus, Newman, Borges, Paz, Sartre (y yo)
buscaron con honradez la verdad.
Sartre se quedó en la libertad,
Borges ante lo Bello se postró.

Newman cada paso a conciencia dio,
Camus, inquieto, indagó en la Bondad,
mas no entendió de dolor o maldad.
Paz en Oriente y el Amor recabó.

Y ahora yo, náufrago, con ardor,
de nuevo me ocupo de la cuestión;
Libertad, Bondad, Belleza, Amor...

Cuatro palabras, ¡fácil solución!
Pero este soneto, mi profesor,
muestra lo complejo en tal conjunción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísima. Te felicito. Espero sigas escribiendo poesías así, y no te limites a poner cosas de otros autores. A ver si consigo leerme el de las noches del gato Verde. Tengo ganas. A ver si lo consigo.