Uno de los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta a la hora de "poner en escena" un discurso es todo lo relacionado con la voz; ritmo (variar la velocidad), el énfasis para remarcar algunas palabras o ideas, la modulación, la correcta dicción, el variar de volumen, las pausas... De todo esto no encuentro mejor ejemplo que el magnífico discurso de San Crispín interpretado por Kenneth Branagh en Enrique V (Inglaterra, 1989). Me gustaría compararlo con el de Laurence Olivier (1945). Os lo muestro en versión original, claro, pero subtitulado. Que lo disfrutéis.
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