Otro soneto. Lo escribí ayer, después de estar el fin de semana en el campo. De alguna manera se puede decir que trata, una vez más, el tópico del Beatus ille horaciano.
Naturaleza organiza una orquesta
Cuando roza Febo el mediodía.
Hermosa, luminosa melodía
De sonidos olorosos compuesta.
El manso río comienza la fiesta
Y el grillo da la nota de alegría
El moscón, bajo de la sinfonía,
Marca el ritmo de la aguda respuesta
De los pájaros, pío, pío, y sigo:
El dolondón de vacas y cencerros,
Croar de ranas, rebuzno del burro,
El silbido del viento, y su susurro
Que corteja al trigo bajo los cerros.
Armonía. Soledad. Yo conmigo.
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