sábado, septiembre 06, 2008
Dos películas geniales
No es país para viejos (Estados Unidos, 2007)puede ser la mejor película que he visto este verano. Hace unos cuatro meses dos compañeros de trabajo que la vieron me comentaban que les gustó mucho, pero que entendían que había algo que se habían perdido y que la clave estaría en el libro. Yo, que me había leído el libro, pensé que era muy posible. Lo primero que he de decir es que los hermanos Coen son unos genios y consiguen lo que pocos directores hacen: adaptar una novela y que los que se hayan leído el libro no salgan decepcionados del cine (por ejemplo, este mismo verano me ha pasado con Cometas en el cielo). El silencio, el ambiente y cada uno de los personajes están perfectamente recreados en la película. La literatura y el cine son dos artes muy distintos; ambos cuentan historias, pero de manera diversa. La novela de McCarthy es genial, una de las mejores novelas que he leído en los últimos años. La película, lo mismo. Sin embargo, a los que hemos leído la novela no se nos escapa la clave de No es país para viejos: el asunto del destino y la providencia, de la culpa y la conciencia y de la angustia de ver que los tiempos cambian y en un momento dado a todos nos pillará viejos aquello y no lo entenderemos son los temas que vertebran la novela y la película. La mezcla genial de escenas y descripciones líricas con pasajes sórdidos y violentos es magistral tanto en la cinta de los Coen como en las páginas de McCarthy.
La otra gran película que he visto ha sido La joven del agua(Estados Unidos, 2006). Shyamalan es un genio que hace un cine muy personal, muy distinto y muy profundo. Esta fábula, este cuento tiene dos elementos esenciales que me han asombrado; la primera es la condición de metahistoria del cuento. Shyamalan no sólo nos cuenta una historia maravillosa, al mismo tiempo nos va explicando los entresijos de cómo lo va haciendo. La segunda, el carácter antropológico de la película. Cada personaje de la cinta, como cada persona, tiene una misión. Descubrir cuál es esa misión y cumplirla, llevarla a cabo, es lo más importante de en nuestras vidas, pues en ello no está en juego sólo nuestra felicidad, también muchas cosas grandes.
Jorge y Eduardo, y todos los demás, gracias por seguir pasendo por la barra.
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2 comentarios:
De nada Juan. La verdad es que yo he visto las dos y son bastante buenas, aunque creo que por el tono me gusta mucho más la dama del agua que No es pais para viejos. Creo que esta última es demasiado pesimista y sórdida y eso en Hollywood ya está demasiado explotado. Aun así, y haciendo eco a todo el mundo, el papel de Bardén... yo pagaría por ese papel...
"Cara o cruz"
Te he escrito un mail. Contestame cuando puedas. Me corre algo de prisa.
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