Os recomiendo dos libritos recién editados de poesía.
Cuatro estaciones, de José Julio Cabanillas (Adonais, Rialp, Madrid 2008) es un libro que hay que leer de un tirón, pienso, y después releer, pues el eco de muchos de sus poemas acuden a la memoria. Me emocioné leyendo la cuarta estación, el invierno (el poema II de este capíulo es genial). De este poemario destacaría su profunda religiosidad, el culturalismo y un cierto prosaísmo, además de excelentes metáforas y grandes intuiciones poéticas. Maneja con soltura el verso libre, y sin embargo, me gustó más su prosa lírica de La luna y el sol. Todo el libro tiene una estructura antitética clásica: Primavera y otoño (la infancia y la muerte) y el verano y el invierno (madurez y decadencia).
Los Campos Elíseos (Pablo García Baena, Pretextos)es un libro de poemas, de poemas de viajes, reales o imaginados. Muchos de esos viajes-poema están inspirados claramente en cuadros u otros libros o poemas. Otros, en cambio, parecen referirse a recuerdos del autor, a lugares por los que anduvo. Utiliza diversos metros con acierto y musicalidad. Predomina el verso endecasílabo blaco y también está muy presente el verso blanco. El poeta, muy laureado, es Premio Príncipe de Asturias de las Letras y fue uno de los cofundadores de la revista Cántico. Su poesía es alegre y a pesar de sus múltiples referencias literarias y artísticas no cae en cierto manierismo; limpio y clásico, quizás demasiado.
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