domingo, marzo 22, 2009

Azul, de Krzysztof Kieslowski

Como ha habido un extenso paréntesis en la barra, no he podido comentar las mejores películas que he visto últimamente. Aunque soy un poco desmemoriado, las próximas entradas iré comentando las que me parecen más interesantes.



Azul, del polaco Krzysztof Kieslowski (Fracia 1993) es sin duda la mejor película que he visto en los últimos meses. El nihilismo por el que apuesta la bella protagonista, mujer de un famoso compositor que muere en un accidente de tráfico junto con su única hija, no es posible. Porque todos tenemos un pasado a cuestas. Porque la tradición es la democracia de los muertos (Chesterton) y no tenemos más remedio que aceptar sus errores, pero también sus aciertos. La película tiene, sin duda, un fondo claramente cristiano, y este es quizás el mayor acierto de Occidente, fundamentar su cultura en la religión cristiana. La vi en una especie de cieneforum con unos amigos y entre las muchas ideas que salieron me quedo con la que dijo uno de aquellos amigos; por mucho que se quiera quitar los crucifijos de todos los espacios y aunque en la fallida constitución europea se pretenda ningunear el pilar esencial de nuestra cultura, esto no es posible. La poesía de las imágenes, la magistral banda sonora (uno de los motivos centrales de la película) y los hermosos gestos de caridad hacia el prójimo de la protagonista son algunas de las raras virtudes de este poema fílmico que si no lo habéis visto os aconsejo hacerlo ya.

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