jueves, diciembre 24, 2009

Felicidades, desde Gran canaria...

El lunes, cuando una gruesa alfombra blanca adornaba mi barrio me volví a emocionar. Cuando llegué al cole, después de estar a punto de caer al suelo varias veces, abrí Internet y leí la noticia de que en Barajas se habían suspendido los vuelos nacionales. Entonces caí en la cuenta de que esa tarde viajaba a Canarias y toda la poesía de la dichosa (sic) alfombra blanca desapareció. Me di cuenta de que por una vez era un posible damnificado de una noticia con suficiente categoría como para salir en la tele. Pero, finalmente, aunque con unas cuantas horas de retraso mi avión salió, y aquí estoy, en la isla de Gran Canaria. Ayer ya me bañé en la playa. Hoy madrugué y fui a la iglesia de Santo Domingo, en el barrio de Vegueta, a la Misa de la Luz (impresionante) y después vi el amanecer (bueno, llegué un poco tarde) desde las Terrazas. ¡Incluso corrí de punta a punta (casi) la playa de Las canteras! Pero… ¡qué agujetas después! Aviso a mis amigos con los que me meto por hacer footing: no es lo mismo correr por la playa que practicar ese otro deporte individualista y detestable. En fin, que la barra sigue funcionando, aunque a miles de kilómetros de su ubi habitual, y desde aquí os deseo una entrañable Navidad cerca de los vuestros.

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