Para entrar en combate los piratas
Bebemos ron, don que nos dio el cielo
Dádiva que nos embriaga y que oculta
Cobardía al inicio en las batallas.
Pero más embriagador, eficiente
Es ver correr la sangre, que enajena,
Que anega nuestras almas y anestesia
La conciencia, como si de narcóticos
Se tratara. Al cabo, la memoria
Se encarga de colgarnos los pesados
Fardos del pecado, devastador
De entrañas. Si hay perdón, imploro a lo alto,
Y en mi defensa arguyo que siempre
Repartí con justicia los botines.
lunes, agosto 02, 2010
Uno de piratas
Supongo que la lectura de Julio Martínez Mesanza tendrá algo que ver con este poema que escribí en endecasílabos blancos y que aún he de corregir. Lo escrbí, junto con otro, casi de un tirón, en un monte sobre la la Ria de Bilbo, en Getxo. A mi lado había un mástil de barco y creo que mirando el mar abierto me motivé y recordé mis sueños infantiles, pues, como sabéis, una de las muchas cosas que quiero ser de mayor es pirata. Ahí va, espero que os guste:
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1 comentario:
Estupendo poema y magnífico final.
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