domingo, diciembre 12, 2010

Pasaba por aquí...

Pasaba por aquí, sí, y dije: "¡Caramba, si yo tenía un blog! Y es que estos meses he dedicado los fines de semana a la contemplación del otoño en Castilla y no me ha quedado tiempo para la barra. Como es mucho lo sucedido y complejo de expresar en una breve entrada, lo dejo para otro momento.
De los libros que he leído últimamente, no puedo dejar de recomendaros Paz, de Richard Bausch (impresionante relato épico), En un lugar seguro, de Wallace Stegner (libro subversivo de veras), Un pintor de Alejandría, de Jiménez Lozano (Jorge tenía razón, qué extraordinario dominio de la prosa) y Paradero desconocido, de Kressmann Taylor, estremecedor relato epistolar.
Por otra parte, Sociedad Limitada, de Miguel d'Ors, publicado en Renacimiento, es absoutamente imprescindible. Sigue innovando, sigue siendo, más si cabe, políticamente incorrecto, sigue siendo fantástico. Lo mejorcito de la poesía española (aunque sigo tan deslumbrado por Martínez Mesanza...)
De cuentos, pues Amarás a tu hermano, de Cristina Cerezales Laforet, muy bueno. Ahora estoy con la segunda entrega de las memorias de Alejandro Llano, encantadoras y ejemplares. Y en fin, creo que sobre libros ya está bien.
Y de música, mi último gran descubrimiento ha sido el disco Balmoral, de Loquillo. Ya sé que tiene un par de años, pero hasta hace un mes no lo conocía, y fue Javier quien un día me dijo que tenía que escuchar una canción, "Hermanos de sangre". Como ahora estoy con la épica, pues eso, se me abrió un mundo. Ahora el Loco acaba de sacar un disco con poemas de Luis Alberto de Cuenca que ya he pedido a los Magos. Es curioso, cuando andaba por los dieciséis en la ducha cantaba el ritmo del garaje y el cadilac solitario. A la vuelta de varios lustros me reencuentro con la misma música; ¿me estaré haciendo mayor?

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